Entrevista
sobre Salud Mental; la mirada de la Psicología Social.
“La psicología
tradicional es un negocio para el sistema”
Con el objetivo de introducir un concepto diferente en
materia de salud mental y su relación con la sociedad, Marisa Benítez, psicóloga
social egresada en la Escuela de Liniers “El
Emergente,” señala cuales son los puntos importantes que pregona esta
escuela proveniente de las enseñanzas del maestro fundador Enrique Pichó-Rivière. Los vínculos
primarios, la forma de trabajo, las soluciones pragmáticas y la crítica a la
psicología tradicional, son varios de los puntos expuestos en este encuentro
que no tiene desperdicio.
¿Cuál es el objeto de
estudio de la psicología Social?
Bueno la psicología social estudia la transformación
y la relación dialéctica que hay en el vínculo entre las personas y su
estructura social. Los que estudia en si la relación de objeto y sujeto. Es un
inter-juego socio-dinámico que se va a ir dando en las personas.
¿Tienen diferencia con
la psicología tradicional?
Si y la diferencia es tajante. La psicología
tradicional, la que enseñan en las universidades es una psicología de mercado.
Tiene que ver con este paradigma de capitalismo, de individualismo y
narcicismo. Esta trabaja solamente con el ser humano individual y no les da una
salida, un proyecto, la psicología tradicional es un negocio para el sistema,
esa es la gran diferencia que hay con la psicología social.
¿Y
cómo se ve plasmada la diferencia en el trabajo con el paciente?
Se trabaja en
grupo y en equipo, hay una simetría, tanto en el coordinador como en los
participantes.
Lo que se trata ahí es mejorar las relaciones y los
vínculos. Tratamos de que cada persona aporte su punto de vista en cuanto a
algún conflicto o algún problema familiar, social o el que haya, el que tenga
esa persona o ese grupo. Sería como un grupo terapéutico, desde el punto de
vista de que todo lo terapéutico es todo lo que nos hace bien. La tarea básica
es mejorar las relaciones y los vínculos primarios.
¿Cuáles
son los vínculos primarios?
Los padres y madres. Cuando ese vínculo está roto,
ausente, maltratado y degradado, después cuesta, esa persona de mayor y de
grande le va a resultar difícil tener buenas relaciones. Todas las enfermedades
parten de la TEU (TEORIA DE LA ENFERMEDAD UNICA) que son las malas relaciones
primarias, que es el hecho de querer mucho a una persona y que esa persona no
te quiera, por ende eso enferma. De ahí arrancan todas las patologías. Una
persona depresiva es una persona que no aprendió a despedirse, por ejemplo el
tango cultiva eso en nuestra sociedad; el tango habla de la mina que se fue y
que nos dejo. El vinculo de la madre y el hijo es el vinculo más fuerte que
existe, es el vinculo de la vida, es envidiable esa relación, pero ojo, hay
mujeres que no le pasa nada, aunque hay que ver que le paso a ella, y
preguntarse por qué no pudo identificarse. La Psicología Social trabaja todo
eso y en grupo, eso se puede ver y aprender de las experiencias.
¿Se
trata de reforzar el vínculo y aprender a despedirse?
Por supuesto, es por eso que nuestro trabajo es de
mejorar los vínculos, encontrar y visualizar las fallas, de ver cuál fue el
original, y después ver como uno repite el mismo comportamiento, de ir
modificando esas conductas estereotipadas para mejorar esas relaciones y no
volver a repetir; porque en el fondo son marcas mnémicas, que quedan en el
inconsciente. Todo esto tiene que ver también con lo que se llama los pares de
pareja; las relaciones sádico-masoquistas, la relación sometido dejarse
someter, el ejemplo de mi marido me pega porque mi padre me pegaba y me quería.
Cuando nosotros hacemos algún trabajo con alguien, tanto en psicología social
como en psicodrama, que es una de las ramas fundamentales de la Psicología
Social, no se dice ahí cual es la solución, por supuesto que se plantea una
solución, pero se plantean más variantes en forma de proyecto de poder salir
adelante.
¿Cuáles
fueron tus primeras experiencias en trabajo grupal?
Antes de recibirme estaba haciendo una pasantía en
el Hospital de Lanús, había un grupo, una psiquiatra que trabajaba con el grupo
y los familiares. Las enfermedades no solo eran mentales si no que también eran
crónicas (cáncer, diabetes) que influían de manera importante en la cabeza del
paciente y sus familiares; ellos tenían ese espacio para poder trabajar. Les
planteábamos a los pacientes la idea de trabajar en grupo, por lo general eran
casi todas mujeres, se los presentaba en ronda, cada uno contaba cuanto tiempo
estaba ahí y la tarea consistía en que ellos puedan hablar de lo que les estaba
pasando. El equipo estaba formado por una socióloga, una psicóloga social y una
psiquiatra que era la que coordinaba el grupo. Lo que hacíamos era hacer
participar a estas personas en un taller de escritura, taller de yoga, música,
artesanías, y otras actividades didácticas más. Tratábamos de ocupar todos los
espacios posibles del hospital para hacer estas recreaciones, para que la gente
haga cosas y pueda insertarse socialmente. Nuestro objetivo era poder generarle
al otro una alternativa, un proyecto de vida, porque de eso se trata la vida.
¿Cómo
encara la psicología social el tema de los traumas provocados por la pobreza
económica y la pérdida de trabajo?
Cuando una persona tiene dificultades, pierde el
trabajo, se desespera, y no sabe qué hacer. Puede ir a un grupo operativo. Hay
áreas que fortalecen eso y le brindan una ayuda como para que puedan tener una
salida y una contención. En esta sociedad individualista, capitalista, perder
el trabajo para cualquier persona es traumático. Este sistema es el que genera
y alimenta estas enfermedades mentales, porque aparte de enfermarse él, va a
enfermar a toda la familia. El hecho de generar el consumo masivo de cualquier
pelotudes, no es una satisfacción ni mental ni física ni espiritual. Es
egocentrismo, es narcisista. El consumo es un vicio, porque lo que te genera
esta sociedad es una categoría, es pertenecer a una categoría. Tener tal marca
o tal zapatilla me va a posicionar en una situación mejor que otra, es una
cuestión simbólica, se le da más valor al símbolo que al objeto en sí, es una
enfermedad que te aísla, la gente que está sola es muchísima, y no te estoy
hablando de parejas que no se ven más, de amigos, si no que están acompañadas y
ves están solas. Estoy hablando de
hermanos que ni se hablan, de familiares que ni se conocen, no es que uno está
lejos geográficamente si no que ni se hablan porque se aíslan, porque no
quieren hacerse problemas con cuestiones del otro.
Eso
debe ser por sentirse desvalorizados, otros porque no acceden a un dinero
económico y no pueden salir.
Hay mucha gente que se siente desvalorizada, y el
degradamiento que hay socialmente es importante. El mismo sistema es que el te
degenera el hecho de querer salir a robar para entrar en el sistema, te genera
esta sociedad tan competitiva y tan caníbal, yo mato por lo que no tengo y el
otro se deja matar por lo que tiene. Lo importante darse cuenta de que la
sociedad es la que te margina, te juzga, te desvaloriza, que te degrada y
violenta constantemente, además salir a robar para comprarse unas zapatillas y
ser como ellos está mal, porque es hacerle el juego al mismo sistema. El
planteo es el de salir, de hacer cosas, agruparse. Ir a ver al otro que es igual
a mí, que está igual que yo que no tiene trabajo igual que yo, que siente y
piensa igual a mí, que le enferma las cosas de este mundo.
¿Cómo
se pasa del individualismo al agrupamiento?
Ya reconocer la necesidad de agruparse es un paso
importantísimo. El que se va de su encierro para acercarse a ver más allá y ver
la verdad es un paso de salud. La verdad es que nadie te va a regalar nada, el
mundo va a seguir igual, pero es importante que haya un montón de gente igual
que uno, que nos necesitamos ayudarnos mutuamente. Y no hace falta tener una
patología, es para todos.
¿De
qué forma plantean un mejor futuro para cambiar la estructura del sistema?
Por empezar hay un proyecto en el Ministerio de Educación
para que se enseñe Psicología Social en los colegios secundarios, para darle
una herramienta nueva a los chicos de cómo pueden salir a cubrir las faltan que
tienen con el otro.
¿Cómo
sería una clase pedagógica de Psicología Social en un colegio?
Sería una materia didáctica y libre, en donde se
organizarían charlas y nos sentaríamos todos en ronda. Ahí es en donde los
chicos podrían hablar de todo lo que ellos quieren y ven de esta sociedad. De
ese mundo al cual van a entrar, porque ellos van a dejar una adolescencia, van
a entrar al mundo real de los adultos, ese mundo que siempre soñaron de
chiquito y que van a entrar si pueden y este sistema los deja. Si es que hay
una absorción industrial que los pueda contener. Los grandes no respetan este
mundo, o sea como querer algo que ellos ven pero que los grandes no lo hacen, y
eso es a lo que apuntamos nosotros. Nosotros los grandes les decimos a ellos
que es lo que tienen que hacer de la vida, ¿con que autoridad? Nosotros les
abriríamos la cabeza en el sentido de que no quiero que les pase lo mismo que
me pasó a mí, de creer que yo hacia lo que quería cuando en realidad hacia lo
que me bajaron. Hoy por hoy chicos en los colegios no se hablan, se pegan, y
así es la comunicación que ellos tienen, es la comunicación de lo simbólico.
Por eso hay que aprender que es lo que ellos hacen con el cuerpo, porque el
cuerpo habla, eso se ve el psicodrama. Lo idea es acompañar desde la psicología
social a ese chico que deja ese mundo imaginario, sobre todo la mujer, que pasa
a ser mujer de un día para el otro, a la semana el adolescente le duele todo es
la peor etapa que hay en la vida, no entiende nada, no entiende a los grandes,
la realidad es todo mentira. Además todo lo que es el desarrollo de la
explosión hormonal que hay, sumado a la necesidad biológica y psicológica de
relacionarse con otro par del mismo sexo y distinto también, y la elección se
va a develar ahí. (Chasquido de dedos)
¿No
se nace?
No por supuesto que no. Se nace con un órgano, pero
la elección se hace en la adolescencia en su principio, desde los 14 a los 16
años aproximadamente. O sea puede influir que el contexto social que una
persona vivió en su niñez puede recaer en su personalidad, pero eso no tiene
nada que ver con la elección sexual. Por eso en la adolescencia por lo general
se comparten las dos sexualidades, siempre, y de ahí viene la trasgresión. Está
muy bien que el chico sea trasgresor, que pruebe, y que vea lo que a él le
guste. Todos tenemos un gen, y un componente homosexual, algunos tienen más
otros tienen menos, yo pienso la particularidad de que la sexualidad es
bisexual, uno después elige, porque sino ¿cómo haces para estar con una chica
si no tenés un componente femenino y saber qué es lo que le satisface, y sentir
esa cercanía? El hombre que tenga más componente femenino es el que más placer
va a dar.
¿Cuál
sería la recomendación para una persona que el día de mañana se querría dedicar
a estudiar Piscología Social?
Una persona que quiere ser psicóloga social se tiene
que sacar todos los prejuicios, por más que fue criado culturalmente con muchos
prejuicios, pero mientras más me despoje de los prejuicios y me dé cuenta,
mejor va a ser para mí y para el otro. Nuestro objetivo es mejorar la calidad
de vida, las relaciones, los vínculos, conocer, saber, preguntarse porque este
mundo no me gusta cosas que uno plantea.